En la redacción jurídica, la diferencia entre el estilo complejo y
el estilo llano se refiere a la forma en que se redactan los
documentos jurídicos, especialmente en términos de claridad, estructura y
lenguaje.
General y tradicionalmente, el estilo complejo ha sido predominante
en la redacción jurídica, especialmente en contratos, sentencias y leyes. Sin
embargo, el estilo llano ha ganado terreno en la legislación moderna y
en documentos como resoluciones, oficios, cartas (administrativas y notariales),
demandas, denuncias, así también en otros tipos de documentos como formularios,
políticas públicas y textos informativos, para hacer el derecho más accesible.
A continuación redactaremos algunas características, ventajas y desventajas
de cada uno:
Estilo Complejo
1. Características:
— Uso de lenguaje técnico y
especializado, que puede ser difícil de entender para personas no expertas en
derecho.
— Oraciones largas y estructuras
gramaticales complicadas, con frecuentes subordinaciones y cláusulas.
— Abundancia de arcaísmos y
latinismos, que a menudo dificultan la comprensión.
— Estructura densa que puede
requerir relecturas para entender los conceptos o términos jurídicos.
2. Ventajas:
— Puede ser útil en contextos en
los que se requiere una precisión extrema para evitar ambigüedades.
— A veces refleja la tradición
jurídica y asegura que se cumplan ciertas formalidades.
3. Desventajas:
— Dificulta el acceso a la
información jurídica para quienes no son abogados.
— Puede dar lugar a malentendidos o
a la necesidad de interpretación adicional.
Estilo Llano
1. Características:
— Uso de un lenguaje sencillo y
claro, accesible para un público más amplio.
— Oraciones más cortas y
estructuras gramaticales simples, que facilitan la lectura y comprensión.
— Evita el uso excesivo de tecnicismos
y latinismos, salvo cuando son absolutamente necesarios.
— Redacción directa y transparente,
con un enfoque en la claridad y el propósito comunicativo.
2. Ventajas:
— Facilita la comprensión de los
documentos jurídicos por parte de la ciudadanía y las partes interesadas.
— Reduce el riesgo de malentendidos
y errores interpretativos.
— Promueve una comunicación más
inclusiva y democrática.
3. Desventajas:
— Puede ser percibido como menos
preciso en contextos que exigen un rigor extremo.
— Algunos términos técnicos o
conceptos legales no pueden simplificarse sin perder su significado.
Si a esto le sumamos el aporte de Daniel Cassany, quien en su obra La cocina de la escritura (1993) sostiene que el estilo llano aporta
criterios de legibilidad alta, entonces tenemos lo siguiente:
- Estilo
complejo (legibilidad baja)
—
Frases y expresiones demasiado largas.
—
Palabras largas (extensas) y de difícil
comprensión.
—
Empleo de un lenguaje abstracto.
—
Uso de subordinadas e incisos largos.
—
Empleo de verbos incorrectos o inexistentes.
—
Redacción monótona.
- Estilo
llano (legibilidad alta)
—
Frases y expresiones cortas.
—
Palabras cortas, concretas y directas.
—
Empleo de un lenguaje conciso.
—
Ausencia de repeticiones.
—
Uso de conectores.
—
Precisión en los verbos.
— Uso adecuado de la negrita y la cursiva.
Ejemplo
del estilo complejo (no recomendado):
Habiéndose informado previamente al interesado de la posibilidad de solicitar
el anticipo a cuenta de la pensión que le fuera reconocida en su momento, de acuerdo
con lo que dispone el artículo 47 de la Ley 31/1990, de 27 de diciembre, el citado
funcionario desea acogerse a este derecho, habiendo cumplimentado y firmado el modelo
CPA/2 que se adjunta.
Ejemplo del
estilo llano (recomendado):
El funcionario se acoge al derecho de solicitar un anticipo a cuenta de la
pensión que se le reconozca en su momento, de acuerdo con la Ley 31/1990, de 27
de diciembre. Para ejercerlo, ha cumplido y firmado el modelo CPA/2 que se adjunta.
Conclusión
En la redacción de escritos jurídicos se opta por el estilo llano, pues ‘menos
palabras es más’.
Escrito
por David Misari Torpoco
Abogado y
docente de Redacción Jurídica
13 de
noviembre de 2024
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